Valores para siempre: los amigos de la niñez

Date: 26/01/2016 Compartir
Valores para siempre: los amigos de la niñez

Crecer rodeado de amigos es una garantía para el desarrollo integral de tu hijo. Vincularse con otros y entablar una relación de amistad será uno de los principales aprendizajes durante su infancia.

En la niñez todo es risa y juego. En ese contexto, la amistad es cosa seria. Lo tienes que tener claro: los amigos son fundamentales para el crecimiento de tu hijo y su salud psíquica y emocional.

En la escuela, el recreo constituye un tiempo y un espacio privilegiados para promover la socialización entre los niños, que aprenden a integrarse con los demás, pese a que tal vez no compartan intereses lúdicos e intelectuales. En el patio o en el parque los niños juegan, practican un deporte y hasta comparten algo para comer. Justamente, porque al compartir (bienes, tiempo, espacios, dinero) se aprende y la infancia es el tiempo ideal para ello. Valores como el de la amistad crecerán en el interior de tu niño, enriqueciendo su personalidad.

Ser aceptados por el grupo resulta importantísimo para los pequeños. De eso dependerá el aumento de su autoestima y su capacidad para congeniar con otros a través de la conversación, el entretenimiento, la merienda o el descanso. Por eso es en la niñez cuando la amistad, como vínculo incondicional, se convierte en un tesoro incalculable.

Crecer con amigos, ayuda a tu hijo a:
- Aprender a compartir desde pequeño.
- Integrarse al grupo.
- Sentir el placer de ser importante para otro.
- Ser aceptado por los demás.

Esos lazos genuinos, surgidos en la etapa más espontánea y feliz de la vida, por lo general, se mantienen a través de los años y, en no pocos casos, perduran para siempre. Por eso no es de extrañar que los amigos de toda la vida sean aquellos que conocen nuestras debilidades y fortalezas más íntimas.
 

Beneficios que el juego ofrece a la educación

Date: 23/10/2015 Compartir
Beneficios que el juego ofrece a la educación

En el campo de la educación quedó atrás aquello de «La letra con sangre entra». Está probado que jugar mejora notablemente el ritmo de aprendizaje, y cada vez son más las academias y escuelas que actualizan sus métodos, tanto en España como en el resto del mundo.

El juego beneficia al niño, pues desarrolla su psicomotricidad, socialización y creatividad. Además, al añadirse a otras actividades y crear nuevas técnicas de aprendizaje, ayuda a adquirir las lecciones. Cuatro son las claves por las que se aprende jugando:

· Una situación más auténtica. Aprendemos mejor cuando interactuamos con un contexto real. En lugar de recibir los conocimientos y esperar a ser evaluados, es más apropiado realizar actividades que permitan aplicar los conocimientos adquiridos de forma directa, como sucede en un juego de preguntas por equipos.

· El componente emocional. Los procesos cognitivos, responsables de la comprensión o el análisis, se asocian de forma habitual con el aprendizaje. Los afectivos controlan nuestras motivaciones y actitudes. Los viejos métodos de enseñanza se basan en los procesos cognitivos, e ignoran los afectivos. Una teatralización o un ejercicio de resolución de conflictos evaluará no sólo aptitudes, sino también actitudes.

· El componente motivacional. Las personas aprendemos mejor cuando estamos interesadas en los conocimientos recibidos. Lo mejor es incorporar retos y sorpresas para lograr que los niños participen y disfruten, como una yincana que pueda superarse por medio de lecciones anteriores.

· Un entorno seguro. Cuando nos enfrentamos a una situación nueva cometemos errores y podemos frustrarnos. Jugar proporciona un ambiente donde el fracaso no supone más que la oportunidad de practicar y reforzar la lección. Un ejemplo podría estar formado por problemas encadenados al modo de «niveles» de juego.

Por tanto, para aprender jugando es vital que los ejercicios que fomentan una práctica más inmediata se centren en la motivación de los alumnos y premien su buena actitud.